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Marca Personal tu destino....

Tu marca personal, tu destino.


En este primer artículo en Regina, quiero compartirte desde mi vivencia el encuentro con mi Marca Personal.


Era una tarde de noviembre del año 2008. Mi querida tía Nena me llamó para invitarme a participar en una conferencia-taller de emprendedores para sus alumnas, próximas egresadas de la Universidad de Educación Preescolar en Chihuahua. Me dijo que yo, tan joven y ya con una empresa exitosa, podía ser de gran ejemplo e inspiración, ya que precisamente meses antes había ganado el premio Joven Emprendedor 2008 por la Coparmex Jalisco, por el diseño de un modelo de negocio efectivo, rentable y con innovación en los procesos


La idea me entusiasmó, mas no me sentía del todo coherente con lo que iba a exponer. En esos momentos, mi empresa de Head Hunting que había formado años atrás y la que me hizo ganar el premio, pasaba por una terrible situación. La crisis financiera mundial de ese año, afectó sobremanera la estabilidad financiera de mi empresa y por supuesto, la mía. ¿Cómo iba a hablar de emprender? Me sentía desmotivada, con ganas de ser avestruz, meter la cabeza en la tierra y que nadie me viera ni me molestara. Al final, con cariño y verdadero interés, mi tía logró convencerme.

Mi intención era transmitirles que podían ser empresarias con su profesión, sin necesidad de esperar un empleo en una escuela de gobierno o privada, sino que ellas mismas podían diseñar y tener un negocio exitoso. Lo importante era crear una propuesta de valor para poder sobresalir y ganar mercado; eso era lo que yo había incorporado y aprendido después de finalizar una posgrado en Gestión del Cambio e Innovación. Totalmente convencida del concepto, busqué entre mis libros y decidí dar una vuelta por las librerías para enriquecer mi presentación. Busqué en al área de Administración y Marketing: vi un libro de Tom Peters Reinventing Work your brand 50, un extraordinario libro que busca romper los paradigmas del viejo estilo de trabajo: plano, aburrido, monótono; por trabajos creativos, apasionantes y con un gran significado. Me dije: “Esto es lo que estoy buscando. El cielo está a mi favor”. Me entusiasmé. Disponía de muchos elementos para fortalecer mi mensaje de la ponencia. Conforme me iba incorporando a la lectura, más interesante me parecía. Sentí que el autor me hablaba directamente a mí: “¡Eres una marca!”

A partir de ahí, tuve una mayor conciencia de mi responsabilidad frente al éxito o fracaso profesional. Me situé en mí misma, como marca. Reflexioné sobre algo que tanto rechazaba: mis clientes preferían que sólo yo trabajara con sus proyectos; esto me hacía entrar en conflictos, pues yo misma me convertí en mi cuello de botella. Sé que esto ocurre a muchos, y esto afectaba mi crecimiento. Con el tiempo, he aprendido que ese es el inicio del éxito de cualquier negocio: la marca personal del líder de la organización puede llegar a ser mucho más fuerte que la marca comercial. Detrás de la marca exitosa hay una promesa cumplida, y una marca se fortalece a partir de su coherencia, integridad y visibilidad y por supuesto, por la aceptación de su mercado.

A pesar del descubrimiento de mi marca personal y sus consecuencias en mi vida, mis relaciones y mi empresa; en mi presentación me enfoqué en las características de un emprendedor y en métodos que generaran reflexiones y análisis para construir la propuesta de valor de los productos y negocios. Era muy pronto para exponer acerca de un concepto tan valioso; tenía mucho por aprender.

Ya en Guadalajara, me enfrenté a mi triste realidad: problemas crecientes en la empresa, menos liquidez y por consecuencia, más estrés. Además, yo estaba embarazada, y mi estado de intolerancia se agudizaba. Hoy, años después, y profundizando y aprendiendo del concepto de “Marca Personal”, comprendo cómo fue que llegué a tener y a vivir momentos desagradables y dolorosos por no conocer el impacto y fuerza de este concepto. Esto es lo que me motiva a compartirlo desde mi experiencia.

Éramos unas 25 personas en la empresa, y había una gran responsabilidad de pagos y compromisos fiscales. Comencé a quedar mal con algunos pagos, mi carácter y personalidad se endureció, y obviamente, el equipo de trabajo lo resintió. Mi administradora en ese momento, era una persona íntegra, dedicada, leal; me dijo que comprendía mi estado de ánimo, que se daba cuenta de lo que yo trataba de hacer con la empresa: sacarla adelante. Me regaló una frase que nunca olvidaré: “Yo estoy aquí por ti. No sé qué vaya a pasar con la empresa, pero adónde tú digas que vamos, y como tú digas que vamos, ahí estaré”. Te podrás imaginar el compromiso que sentí y a su vez el honor de que alguien estuviera comprometido conmigo de esa manera.

Una marca personal es la huella que dejas en otros al interactuar contigo. Es la percepción que tienen tus colaboradores de ti, la cual será directamente proporcional al compromiso y entrega hacia todo lo que representes y solicites. Se conforma de tus aspiraciones, acciones, expresiones, y resultados que tienes con otros, éstas características siempre van a influir en tu reputación y estas podrán ser atractivas o de rechazo para otros.

Mi administradora tenía una impresión de mí que la invitaba a querer estar conmigo. Sin embargo, no todos pensaban así. Mi contador me recomendó recortar la plantilla para poder sobrevivir; me armé de valor y diseñé un nuevo modelo, en el que ya no serían empleados sino freelance. Todos ganaríamos de lo que lográramos. En ese momento de tensión, la noticia fue una bomba, pero yo, con el corazón en la mano y tragándome las lágrimas, les externé que ya no podía sostener la situación como estaba. Una chica del departamento de head hunting, absolutamente contrariada, me dijo: “algún día tendré mi negocio y espero nunca ser como tú”. Me pregunté: “¿qué es lo que ella está viendo que mi administradora no?” Andrés Pérez Ortega afirma, no todas las marcas son para todos. Mi marca personal puede no ser atractiva para todos. Hoy reconozco, también, que mi actitud no era la misma con Claudia que con los demás integrantes del equipo. Al final la marca que dejas en otros será siempre generada por lo que haces, y sé que no fui consciente ni consistente en muchas actitudes o expresiones. Una marca personal sólida se consolida en función de su consistencia y coherencia en los diferentes contextos con los que interactúa.

Pasaron los meses, nació mi bebé, y al reintegrarme de nuevo a la empresa, partí de un nuevo modelo de negocio, con una estructura diferente y más servicios. No fue un proceso de recuperación fácil. Pedí Coaching para mí, y me di cuenta de que lo que había afectado más que mis finanzas, era mi reputación. La imagen que había generado de mí misma era terrible y me dolía mucho además sentía que no era yo, no quería ser esa. En varias ocasiones, mi esposo me dijo: “tú no quisiste fallar, tú no eres esa, la que las circunstancias te orillaron a ser”. Ese mensaje me llegaba hasta lo más profundo. Durante este difícil lapso de recuperación, bastaba con salir y olfatear lo que se decía de mí y no me gustaba nadita: que era demasiado arriesgada, que era irresponsable , que era egoísta, y cosas así. Si quieres saber cuál es tu marca personal, no se trata de lo que tú digas, sino de lo que otros dicen que eres.

Cuando más deprimida me sentía, un amigo me invitó a un entrenamiento sobre cómo construir relaciones de alta confianza, comenzando contigo mismo. Era la gran oportunidad de comenzar a fortalecer mi marca a partir de re-significarme frente a otros. Aunque siempre me he considerado una mujer con mucho empuje y autoconfianza, en ese entonces me encontraba debilitada por mi situación. Decidida a crear una nueva realidad, me enfoqué en construir evidencias de éxito, pequeñas pero constantes, llevando a cabo con conciencia las conductas que favorecían a mi reputación. El reto era afianzar mi credibilidad, para conmigo y con otros. Por medio de la práctica de acciones como aceptar lo que podía controlar, no asumir compromisos que no podría cumplir, hablar con franqueza, ser consciente de mis expresiones, entre otras, me di cuenta de que la imagen que se comenzaba a generar sobre mí, por mi consistencia, cada día era mucho más positiva y aceptada. Atraje a mi vida, cada día con más fluidez, nuevas y mejores relaciones, proyectos y alianzas. Una marca puede ser positiva o negativa, sutil o fuerte, pero si cambias tus conductas, expresiones, estilo, también tendrá un efecto en tu marca.

Una marca no se construye, se desarrolla, mejora y evoluciona. Es en lo me seguiré enfocando . El ser más consciente de mi marca personal me ayudói a fortaler mi autoestima, mi visión, mi calidad de vida y mis relaciones. Y como consecuencia, mi negocio es cada día más sólido y próspero.



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